jueves, 18 de julio de 2013

¿Por qué los perros viven menos que las personas?

Siendo veterinario, fui llamado para examinar a un perro irlandés de 13 años de edad, llamado Belker.

La familia del perro, Ron, su esposa Lisa y su pequeño Shane, estaban muy apegados a Belker, y estaban esperando un milagro.

Examiné a Belker y descubrí que estaba muriendo. Le dije a la familia que ya no podíamos hacer nada por Belker. Me ofrecí para llevar cabo el procedimiento de eutanasia en su casa.

Al día siguiente, sentí una peculiar sensación en mi garganta, cuando Belker fue rodeado por la familia. Shane se veía tranquilo, acariciaba al perro por última vez, y yo me preguntaba si él comprendía lo que estaba pasando. En unos cuantos minutos Belker se quedó dormido pacíficamente, para ya no despertar.

El pequeño niño parecía aceptar la transición de Belker sin ninguna dificultad. Nos sentamos todos por un momento preguntándonos el por qué de el lamentable hecho de que la vida de los perros sea más corta que la de los humanos. Shane, que había estado escuchando atentamente, dijo: ''Yo sé por qué".

Lo que dijo me maravilló, nunca he escuchado una explicación más reconfortante que esta. Este momento cambió mi forma de ver la vida.

Él dijo: ''la gente viene al mundo para poder aprender cómo vivir una buena vida, cómo amar a los demás todo el tiempo, y ser buenas personas, ¿verdad?''.

''Bueno, como los perros ya saben cómo hacer todo eso, pues no tienen que quedarse tanto tiempo como nosotros".

La moraleja es: si un perro fuera tu maestro, aprenderías cosas como:

Cuando tus seres queridos llegan a casa, siempre corre a saludarlos. Nunca dejes pasar una oportunidad para ir a pasear. Deja que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea de puro éxtasis. Toma siestas. Estírate antes de levantarte. Corre, brinca y juega a diario.


Mejora tu atención y deja que la gente te toque. Evita morder cuando un simple gruñido sería suficiente. En días cálidos, recuéstate sobre tu espalda en el pasto, patas abiertas. Cuando haga mucho calor, toma mucha agua y recuéstate bajo la sombra de un árbol.

Cuando estés feliz, baila alrededor, y mueve todo tu cuerpo. Deléitate en la alegría simple de una larga caminata. Sé leal. Nunca pretendas ser algo que no eres. 
Si lo que quieres está enterrado escarba hasta que lo encuentres. Cuando alguien tenga un mal día quédate en silencio; siéntate cerca y suavemente hazle sentir que estás ahí.

(Vía facebook)

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