miércoles, 27 de julio de 2016

Abortando el Derecho a Vivir



Todos conocemos el debate que se sostiene en la sociedad dominicana en torno al proyecto de reforma al Código Penal que cursa en el Congreso Nacional. La controversia viene a raíz de la eliminación que hizo la Cámara de Diputados al artículo 10 de la iniciativa que ordenaba crear una ley especial para permitir el aborto a embarazadas cuando la gestación sea consecuencia de una violación, incesto o en situaciones que se comprometa la vida de la madre.

La Cámara Baja decidió aprobar la pieza estableciendo sanciones a las embarazadas y al personal médico que ose provocar la interrupción del embarazo. Asimismo, en su última sesión, al término de la legislatura ordinaria, el pasado 25 de julio, el Senado conoció la propuesta de reforma, donde decidieron enviar el proyecto a comisión, debido a la fuerte polémica que se desató en varios sectores, entre ellos grupos feministas, galenos y personalidades de la vida política y burocrática del país, rechazando la aprobación de los diputados.

En tanto otras facciones, lideradas por la iglesia católica y personalidades conservadoras, defendieron el derecho que tiene el ser humano de vivir, desde el momento de su concepción, tal cual lo establece la Constitución Dominicana (artículo 37). Muchos llegando a lo radical al exigir que la Carta Magna sea reformada a fin de que el aborto sea legalizado en las condiciones antes mencionadas.

Los que defienden esta idea aducen que en el caso de que la gestación se realice por violación o incesto, es bajo la premisa de que una mujer al resultar embarazada contra su voluntad, no se encuentra en buen estado anímico, ni psisológico, para traer al mundo al ser en desarrollo. 

Yo me pregunto, y muchos me tildarán de conservador ¿Qué culpa tiene esa criatura del trauma causado a la madre? En el peor de los casos, si la víctima no desea al vástago, que cumpla con el proceso de embarazo y una vez dé a luz que lo entregue a instituciones que el Estado debería propulsar, pero el mismo derecho que tiene y tuvo cualquier ser humano de vivir lo tiene esa criatura, no sólo por lo que establece la constitución dominicana, sino por un sentido de humanidad y si se quiere hasta de Derechos Humanos.

En otro aspecto, es un dilema ético bastante complicado para un galeno, familiar y hasta para la madre involucrada elegir por su vida o la del ser en desarrollo en caso de complicaciones en el embarazo. El mismo principio de que se debe velar por la prevención de la vida desde la concepción nos hace entender que los médicos deben luchar por salvar ambas vidas, y en el peor de los casos, que sea el destino quien elija cual de los dos debe partir, porque como nosotros no damos vida no nos corresponde tampoco elegir quien debe de morir.

Sé que muchos también sostienen que no se puede hablar de vida hasta tanto no nazca la criatura, lo que a mí entender es uno de los alegatos más fuera de lugar y caprichosos, porque la ciencia ha comprobado en más de una ocasión que desde el momento que el espermatozoide fecunda el óvulo ya se origina un nuevo ser viviente con un cuerpo en desarrollo.




1 comentario:

  1. Estoy de acuerdo contigo, pues independientemente de saber en que forma llegó esa cría al vientre de su madre, este tiene el mismo derecho que ella tuvo en su formación de humana. Si en dado caso no lo quiere aceptar para criarlo en una sociedad, pues que lo de en adopción... muchas anhelan concebir y no pueden.

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